martes, 3 de abril de 2012

Notas de viaje - Montevideo (6)


6. De todo como en Tristán Narvaja.

Salimos temprano con la idea de caminar hasta el Palacio Legislativo: un edifico imponente que se ve desde el centro. Fuimos hasta la plaza Fabini y desde ahí tomamos la avenida Libertador Brigadier General Lavalleja. La calle es muy amplia y siendo domingo estaba semi-desierta (sólo algunos jubilados caminando y paseando al perro y señoras yendo a misa) ya que es una calle de bancos y oficinas. Caminamos unas 15 cuadras hasta llegar al palacio que no resultó tan imponente como parecía. El edifico en sí es espectacular pero parece sucio y con poco mantenimiento, igual que la zona que lo rodea. 

Después de las fotos de rigor tomamos la avenida D. Fernández Crespo rumbo a la famosa feria de Tristán Narvaja. Fue por ese camino que vimos una parte menos agradable de Montevideo: mucha basura en las calles, casas pobres, casas abandonadas, casas tomadas. Poco a poco y casi sin darnos cuenta fuimos adentrándonos en la feria. Primero fuimos viendo personas con unas pocas cosas desparramadas sobre la calle (cortada al tránsito), cosas que parecían haber sido recolectadas antes de salir de la casa tipo “a ver qué me puedo llevar hoy para la feria”. Poco a poco fueron apareciendo puestos más organizados pero lejos de lo que yo imaginaba como una feria propiamente dicha. Sucede que yo pensé que era una gran feria de artesanos, pero estaba errada. Es el típico mercado de pulgas. En la feria Tristán Narvaja se puede encontrar cualquier cosa: antigüedades, cosas viejas, revistas, libros, ropa, herramientas, teléfonos celulares, muebles, especias, frutas, verduras, loros, conejos, detergentes, pastas, discos, posters, llaves, plantillas, cordones, sahumerios, dibujos, etc, etc, etc. Son cuadras y más cuadras donde no entra más nada, apenas hay lugar para que pase gente, que acude en multitud, ya sea como paseo o como opción de compra al mercado de la esquina. La frase “de todo como en botica” debería ser “de todo como en Tristán Narvaja”. Mientras caminábamos por ahí pensábamos en lo odiada que debe ser la feria por la gente que vive en esa zona, y me imaginaba en el desastre de basura que debía quedar el final del día. Sin embargo, pasamos por ahí al día siguiente y todo estaba inmaculado, como si nada hubiera pasado. 

Tristan Narvaja

La tarde volvió a ser de playa. Hacía mucho calor, aún en la sombra. Nos bajamos en la misma playa del día anterior, había bastante gente pero se podía estar tranquilamente. Incluso conversamos sobre el hecho de que aunque había mucha gente no era Mar del Plata porque no estaban los habituales molestos jugando a la pelota o gritando. Bastó caminar un rato por la orilla (cuando un par de horas después juntamos nuestras cosas y fuimos hacia el Puertito del Buceo) para reconocer que molestos hay en todos lados, incluso en Montevideo. La playa empezaba a mardelplatizarse y casi no había lugar para caminar. Decidimos subir y seguir por la rambla. También padecimos a unos tontos con moto que hacían motocross y carreritas en medio de los autos. 

tarde en el Puertito del Buceo

Una vez en el Buceo decidimos pegar la vuelta. No fue fácil encontrar colectivo. No sabíamos cuál tomar y no había información en las paradas. Después de esperar un rato sin éxito, caminamos unas cuadras hacia el World Trade Center, cerca del Montevideo Shopping Center. Por ahí pasaban muchos colectivos de una vereda y de la otra pero ninguno decía Ciudad Vieja o Ciudadela y ni siquiera sabíamos para qué lado tenía que ir el colectivo que nos llevara. Pablo decidió preguntarle a una señora pero la asustó (creo que fueron los pelos locos que tenía por el baño en el mar); gracias a otro señor que estaba por ahí y nos dio las indicaciones pertinentes llegamos a la avenida General Rivera, a unas cuadras de allí, para tomar un colectivo que iba a la Ciudadela. 

Nos acostamos temprano para levantarnos a las 8:00, bañarnos, desayunar tranquilos y poder armar la mochila antes de las 11:00, hora del check out. Previsiblemente a las 9:30 ya habíamos hecho todo.

[Continuará]

1 comentario:

Cristian dijo...

Uruguay es un país con diversas ciudades que vale la pena conocer. Como alquilo una casa en montevideo desde hace un tiempo, puedo recomendarles distintos lugares, aunque creo que cada persona que viene a recorrer saca sus propias conclusiones y eso es lo maravilloso del lugar